También puede sucederte a ti. Nueve causas de discusión que debes vigilar.

Cuando tu amiga te cuenta que se ha peleado con su novio, simplemente puedes poner tus ojos en blanco y pensar, “¡como quieras!”. Bien, escuchar por qué otras parejas se pelean es una buena oportunidad para reflexionar sobre tu propio comportamiento. Es admirable cuando intentas evitar pelearte con tu novio por pequeñeces. Basándonos en las respuestas de encuestas realizadas a chicos, hemos recopilado una lista de nueve causas de discusión a las que debes prestar atención.

1. Ha habido un gran malentendido por algo sin importancia.


“Me enoja cuando ella se enfada de manera obstinada por un pequeño malentendido.” La incapacidad de escuchar la historia del otro, a menudo conduce a discusiones más grandes. Cuando se produce un pequeño malentendido, compórtate como una adulta y da un paso atrás antes de convertirlo en una verdadera pelea.

2. Le preguntas si coquetea con sus amigas.


“Discutimos sobre lo que consideramos, coquetear.” Una brecha creada por una diferencia en los valores puede hacerse más y más profunda delante de tus ojos si no actúas rápidamente. Si te sientes incómoda con la relación de tu pareja con sus amigas, hazle saber cómo te sientes. Ten una conversación sobre cómo debe ser una relación ideal e intenta no estresarte por pequeñas cosas.

3. Preguntas si está gastando su dinero de manera sensata.


“No quiero que ella me regañe por cómo gasto mi dinero.’” Si intentas cambiarlo para que haga algo a lo que no está acostumbrado, puedes estar segura de que provocarás una reacción de enfado. En casos como este, intenta hacer una sutil sugerencia sobre cómo puede ahorrar su dinero, de manera que no piense que está siendo criticado por sus hábitos de gasto.

4. Te enfadas con él por tardar en responder o no responder.


“Ella no para de preguntar, ¿por qué no respondes antes? ¡Como si no tuviera otra cosa mejor que hacer!” Piensa en cómo es su día antes de enfadarte por una respuesta tardía. Antes de quejarte por respuestas inoportunas, ten la amabilidad de averiguar cómo le ha ido el día y pregunta, “¿sucedió algo importante hoy?”

5. Él quiere que seas un poco más sensible.


“Cuando estoy hablando con ella, a menudo sólo me dice : ¿Qué?” Has oído el dicho, “¿todo está en la entrega?” La forma en que transmites tu mensaje puede animar o poner de mal humor. Acostúmbrate a decir “gracias” o “lo siento”. Incluso en un relación larga, unas palabras compasivas siempre son bienvenidas.

6. Dices mentiras piadosas o guardas pequeños secretos.

“Ella cree que no es importante, pero lo es para mí.” Todo el mundo tiene un nivel de tolerancia diferente cuando se trata de tergiversación. Ten cuidado de no excederte, incluso si no lo haces con mala intención. Si descubres que has mentido sobre algo inintencionadamente, no pongas excusas, pídele disculpas tan pronto como puedas.

7. Sigues preguntando por qué no puedes verle hoy.


“Antes de saberlo, esto conduce a una pelea.” Se trata de algo que puede estresar a ambos. Si sabes que no puedes ver a tu pareja ese día, no digas: “Quiero verte hoy”. Esto evitará que te sientas triste y no le harás sentirse presionado.

8. Acostumbras a no aparecer, llegar tarde o romper promesas.


“Ella no admite que fue culpa suya, y me siento muy ofendido.” La incapacidad de disculparte por tus errores puede agravar una situación ya desagradable, y que rápidamente se convertirá en una pelea. Cuando tengas la culpa, recuerda siempre pedir disculpas.

9. Preguntas constantemente sobre el matrimonio y otras decisiones importantes de la vida.


“¡No todas las decisiones pueden tomarse tan rápido!” Presionarle para que tome decisiones a largo plazo de forma apresurada puede ser contraproducente. Cuando desees que se comprometa con algo, habla sobre cuánto tiempo necesita para darte una respuesta, en lugar de forzarle a que se decida en ese mismo momento. Dale un período de gracia, por así decirlo.

0 I like it
0 I don't like it